Hoy lanzó el artículo titulado "Historia del montaje que se inventó el Rector, el Comité Rectoral, la Oficina Jurídica, el Decano de Educación y el profesor Bernardo Arenas para sacarme de la Universidad" sobre los acontecimientos y la persecución política por la cual se le impide matricularse durante 3 semestres.
Nuestro Sistema de Medios expresa su solidaridad haciendo público el escrito en mención.
Historia del montaje que se inventó el Rector, el
Comité Rectoral, la Oficina Jurídica, el Decano de Educación y el profesor
Bernardo Arenas para sacarme de la Universidad
-El lunes 13 de septiembre de 2.010 se realizaba desde las 2:00 p.m. una
asamblea general extraordinaria en la plazoleta Barrientos para rechazar la
imposición a la fuerza de la TIP y la militarización de las porterías por el
ESMAD. Un estudiante denunció la
realización de un parcial en la facultad de Ingeniería y la asamblea aprobó un mitin para impedirlo. Unos 200 estudiantes llegamos al salón y en
efecto, el profesor BERNARDO ARENAS de Física esta recibiendo un examen, ya que el tiempo del parcial se había
acabado. El profesor se indignó por
los gritos del mitin y reaccionó en forma grosera y ofuscada; entonces hubo una
fuerte discusión, donde muchos le
gritaban que, por respeto a la asamblea, entregara los exámenes, ya sea para
destruirlos o para entregárselos al decano de Ingeniería. Algunos estudiantes del salón defendieron la
presentación del examen. Al momento
llegó el decano de Ingeniería, la discusión se calmó, el mitin se retiró y el profesor recibió y se llevó todos los
exámenes y los calificó en forma normal.
Todos los miembros del mitin quedamos convencidos de que no había pasado
nada. Pero el profesor presentó luego un
informe terrorífico y exagerado de lo sucedido, que fue pretexto para iniciarme
un proceso disciplinario y sacarme de la U.
En noviembre, dos meses después, el decano de Educación,
orientado por la Oficina Jurídica, me abre solamente a mí un proceso
disciplinario por estos hechos. Como abogado
que soy, me sometí al proceso, esperando el buen juicio y la imparcialidad de
este señor. Se recibieron 5 testimonios
(tres estudiantes del mitin, una estudiante del salón y el decano de
Ingeniería Elkin Libardo Ríos) y la declaración del profesor BERNARDO
ARENAS, quien en forma mentirosa afirma que yo era el único estudiante del
mitin que le gritaba y que le decía que entregara los parciales para
destruirlos o que entregara la mitad para quemarlos (que absurdo, o sea que
los demás miembros del mitin se quedaron mudos, ¿y para que iba a quemar la
mitad? ¿y que iba a hacer con la otra mitad?); sin embargo reconoce que nadie lo insultó, ni nadie lo agredió física,
ni verbalmente, que la exigencia de entregar los exámenes era solo de palabra y
que todos los exámenes los recibió en forma personal y los calificó normal. Los mismos tres investigadores (Wilson
Antonio Bolívar, Juan Carlos Muñoz y Miguel Adolfo Velásquez) me decían que ahí
no había pasado nada. Pero a pesar de
esto y de los testimonios que contradicen al profesor, como la versión imparcial
del decano de Ingeniería, el decano de Educación, cómplice del montaje y asesorado
por el director de la Oficina Jurídica, me acusó al final de dos conductas del
Reglamento Estudiantil: atentar contra el profesor (¡él mismo Arenas dice que
nadie lo agredió ni física, ni verbalmente!) y sabotear el parcial (¡el mismo Arenas
dice que el tiempo del examen había terminado, que todos los recibió
personalmente y que todos los calificó normal), que por lo anterior mi conducta
fue muy grave y en las consideraciones el decano de Educación exagera aún más
lo hechos (que intenté arrebatarle los parciales, que hice actos desafiantes, que
iba acompañado de una multitud que vociferaba, que puse en peligro la
integridad del profesor) y en junio de 2.011 le manda el expediente a su cómplice
y aliado, el rector.
En septiembre de 2.011 y días antes de salir el fallo, las directivas
llaman a algunos periodistas para lanzar una campaña de desprestigio personal en
mi contra, sacando informes injuriosos y calumniosos, como el de Telemedellín,
donde me señalan con una flecha y donde afirman que soy un “agitador”, que amenacé
a un profesor, que participé en hechos vandálicos y que llevo muchos años en la
universidad y por eso no merezco estar en ella.
Al salir el fallo, el rector respalda los mismos argumentos del
decano de Educación, ya que no hay diferencias entre ellos por que son los
mismos amigos del montaje, y la sanción que me imponen es la inadmisión de
matrícula por tres semestres.
En febrero de 2.012 interpongo ante los juzgados penales una acción de
tutela donde demostraba todas las irregularidades del proceso disciplinario,
tanto en el procedimiento, como en el análisis crítico de las pruebas. La sentencia de tutela en primera
instancia del JUEZ DECIMO PENAL DEL CIRCUITO DE MEDELLIN fue a mi favor y en
defensa de la asamblea estudiantil y de los derechos a la protesta estudiantil,
manifestando el juez los siguientes argumentos: 1) Que la autonomía universitaria no implicaba que las
directivas eran autónomas para imponer la arbitrariedad y violar la
constitución, 2) Que se me violó el debido proceso porque primero practicaron
las pruebas y después me acusaron, violando el derecho a la defensa, además
dejaron vencer términos establecidos en el reglamento estudiantil y por otras
razones jurídicas, 3) Que se me violó el derecho a la igualdad porque era un
mitin de 200 estudiantes y entonces debían haber abierto proceso disciplinario
contra todos los del mitin, 4) Que no hay conducta típica a sancionar porque no
se interrumpió el examen y no se atentó contra el profesor ni física, ni
verbalmente.
El rector y los demás directivos implicados en el montaje, furiosos e
indignados porque un juez de la república les había cuestionado su poder
arbitrario, apelaron el fallo ante el Tribunal Superior de Medellín y en esa
apelación acomodaron más las cosas. En el
fallo rectoral el decano y el rector dicen que mi conducta fue agravada porque
iba acompañado de una multitud que vociferaba, pero en la apelación dicen que
no violaron el derecho a la igualdad porque yo era el único que gritaba y por
lo tanto actué solo y me alejé de la decisión de la asamblea (¿y entonces cuál
era la multitud que vociferaba?). Dicen
que si se interrumpió el parcial porque el mitin llegó cuando los estudiantes
del salón todavía no se habían parado de sus sillas y por lo tanto eso es una
interrupción (¡que cosa tan absurda!) y dicen que si se atentó contra el
profesor porque él se sintió indignado por mis gritos y mis supuestos actos
desafiantes (¡otra vez que cosa tan absurda, porque en cualquier mitin del
mundo hay gritos y discusiones y entonces está prohibida la libertad de expresión,
o sea, libertad de gritar y mirar enojado!).
Y para mentir y exagerar más los hechos, le dicen al juez que nunca
antes un estudiante había intentado arrebatarle los parciales a un profesor
(¡el mismo profesor Arenas dice que yo nunca hice un movimiento para quitarle
los exámenes y que la petición de entregarlos era solo de palabra!; además en
la historia de los mítines han ocurrido muchas cosas peores, como encapuchados
que sacan a las personas de clase, bloqueos con sillas, pitos y golpes a las
puertas, etc.)
En forma increíble los magistrados de la sala constitucional del
tribunal cambiaron todo el criterio del juez y anularon la tutela, argumentando
que el juez décimo penal del circuito se extralimitó en sus funciones, que la
universidad era autónoma en sus procesos internos y que las directivas me
garantizaron los mínimos derechos en el proceso disciplinario. Como abogado que soy debo acatar el fallo judicial,
pero lamento que los tres magistrados no hayan visto o no quisieron ver las
evidentes arbitrariedades de las directivas en mi contra. La decisión de este tribunal salió 15 días
antes de las vacaciones de junio y cuando solamente me faltaba el 20% para
terminar el semestre en Educación (ya había presentado varios trabajos y
exámenes). Las directivas en forma
inmediata me cancelaron la matrícula y en estos momentos volvió a estar vigente
la sanción de tres semestres. En su
enfermiza persecución ni siquiera me dejaron terminar el semestre. Tanto que hablan de tolerancia,
democracia, diálogo, y el rector y las directivas no tienen ninguna vergüenza
para desplegar todo su poder represivo
contra un estudiante con el fin de hacer un montaje con mentiras para perseguirme
y sacarme de la universidad.
Hace más de 30 años no se abría un proceso disciplinario en la U. de A.
por hacer mítines e interrumpir clases o exámenes en hora de asamblea (el
último fue en 1.979 cuando 9 estudiantes fueron expulsados por liderar un paro
en Ingeniería). ¿Y entonces de ahora
en adelante serán perseguidos todos lo mítines que interrumpan clases y
parciales? Y por qué nunca antes lo
había hecho el rector desde que asumió el poder en el 2.004?
Los 6 personajes principales de esta persecución y de este montaje son:
ALBERTO URIBE CORREA: rector a quien la Asamblea General de Estudiantes
le exige la renuncia por sus políticas autoritarias y represivas y quien me tiene
una evidente animadversión, como lo manifiesta en un acta del Consejo Académico
de 2.007.
MARTINIANO CONTRERAS: vicerrector general, quien hace las declaraciones
a la prensa, me acusa de “agitador” y dijo que llevarían la tutela hasta las
últimas instancias (¡su hermano Miguel Contreras es magistrado del Tribunal
Superior de Medellín!).
JAIME OMAR CARDONA: director de la Oficina Jurídica, coordina todos los
abogados y es quien elaboró toda la farsa y la fachada legal para justificar
este montaje en mi contra.
CARLOS SANDOVAL: decano de la facultad de Educación, personaje autoritario
y represivo que de maestro y de pedagogo no tiene nada, y quien me manifiesta un
claro odio y desprecio personal cuando nos vemos por los corredores de la
facultad.
EUFRASIO GUZMAN: director del Instituto de Filosofía y miembro del
Comité Rectoral, intelectual de derecha y asesor del rector, quien me ha
atacado en varios artículos.
BERNARDO ARENAS: profesor de Física, docente mentiroso que afirma que yo
era el único estudiante que le gritaba en un mitin de 200 personas, que yo fui
el único que le pedí los exámenes para destruirlos, el único que le pedí la
mitad para quemarlos y el único que gritaba que los exámenes había que
arrebatárselos (fue hábilmente orientado para que dijera eso y así la
investigación disciplinaria solo recayera en mí)
¿Como se podía esperar un juicio imparcial y neutral del rector, el decano
y todos ellos si es un montaje entre los mismos amigos, incluyendo al profesor
Arenas? Manifiesto finalmente
que yo me someto a este exilio académico, pero le recuerdo a las directivas que
yo tengo la TIP de egresado, que seguiré entrando a la U. para continuar en la
lucha, que los seguiré denunciando y que ante la persecución y el burdo montaje
que se inventaron, pediré la solidaridad de la asamblea estudiantil para
denunciar estos hechos.
“Royo”, perseguido político y exiliado académico durante tres semestres,
julio de 2.012